Para Flor
Hace 20 años, 28 canciones vinieron a sacudirnos la cabeza, algunas de ellas inmediatamente se convirtieron en clásicos y las tenemos incrustadas en nuestra vida diaria, y no sólo eso, hoy nos sería imposible comprender buena parte de nuestra cultura pop, sin ellas.
El álbum al que pertenecen dichas canciones tiene uno de los titulos más maravillosos de la historia del rock: Mellon Collie and the Infinite Sadness. Con ese título tan descriptivo, sabemos de que van los 28 cortes. El disco fue grabado por la alineación clásica de los Smashing Pumpkins: Billy Corgan (voz, guitarra, piano, mellotron), James Iha (guitarra, voz), D'arcy (bajo, voz) y Jimmy Chamberlin (batería, voz). Producido por Corgan, Alan Moulder y Flood.
En los 90's se grabaron muy pocos albums dobles, así que sin problemas podemos decir que estamos frente al más importante y trascendental de todos, también el más ecléctico. The Wall de Pink Floyd nos viene a la mente al instante, también Tommy de The Who, pero Mellon Collie poco tiene que ver con estos. Tal vez sólo en cuanto a producción, pretensión y pomposidad se le puede equiparar a The Wall, incluso al Goodbye Yellow Brick Road de Elton John, pero en cuanto a contenido, no. En ese caso está más emparentado con The Beatles (White Album) de The Beatles que con cualquier otro.
Mellon Collie se divide en dos discos de diferente nombre: Dawn to Dusk y Twilight to Starlight. Aunque esto para nada quiere decir que tengan marcadas diferencias, no es que uno sea ruidoso y el otro melódico, ni que uno sea rápido y el otro lento. Los dos contienen canciones duras, baladas, arreglos de cuerdas, melodías instrumentales, tracks acústicos, canciones de dolor, etc. A pesar de que los temas giran alrededor de la melancolía y tristeza, el disco no pude leerse/escucharse como un álbum conceptual, puesto que en los otros formatos en los que salió: cassette y vinyl, el orden de las canciones cambiaba radicalmente.
El arte del álbum es un reflejo de su contenido. Una serie de collages e ilustraciones de John Craig que se acoplan perfectamente a lo ecléctico del disco. Por ejemplo, la portada es la combinación de dos grandes pinturas. Saint Catherine of Alexandria de Raphael (a la izquierda) y The Souvenir de Jean-Baptiste Greuze (a la derecha).
En 1995 los Smashing Pumpkins no eran muy bien acogidos en la escena underground alternativa. mucho menos en la punk-hardcore. A diferencia de sus contemporáneos como Nirvana y Pearl Jam, que hacían lo posible por alejarse del rock mainstream en el que habían caído, y por ende grababan cosas más sucias y crudas, los Pumpkins sí querían pertenecer al rock de masas, sí estaban felices con la idea de entrar al rock de estadio. Sin embrago a pesar de que su segundo álbum Siamese Dream también fue producido por Butch Vig (productor del disco más aclamado de la primera mitad de la década, Nevermind), y que sus videos y canciones eran rotadas en MTV y la radio, no lograban ese éxito masivo que Billy ansiaba. Las ventas del Mellon Collie en su primera semana, dejaron en claro que ese momento tan esperado, al fin había llegado. Estaban listos para ser coronados como la banda más grande de América. A Corgan se le considero como uno de los grandes compositores de la época, como a un genio, y demostró que no tenía ninguna atadura con ningún género en específico. Todos fueron felices (por un breve tiempo).
En 1995 los Smashing Pumpkins no eran muy bien acogidos en la escena underground alternativa. mucho menos en la punk-hardcore. A diferencia de sus contemporáneos como Nirvana y Pearl Jam, que hacían lo posible por alejarse del rock mainstream en el que habían caído, y por ende grababan cosas más sucias y crudas, los Pumpkins sí querían pertenecer al rock de masas, sí estaban felices con la idea de entrar al rock de estadio. Sin embrago a pesar de que su segundo álbum Siamese Dream también fue producido por Butch Vig (productor del disco más aclamado de la primera mitad de la década, Nevermind), y que sus videos y canciones eran rotadas en MTV y la radio, no lograban ese éxito masivo que Billy ansiaba. Las ventas del Mellon Collie en su primera semana, dejaron en claro que ese momento tan esperado, al fin había llegado. Estaban listos para ser coronados como la banda más grande de América. A Corgan se le considero como uno de los grandes compositores de la época, como a un genio, y demostró que no tenía ninguna atadura con ningún género en específico. Todos fueron felices (por un breve tiempo).
Al sustituir a Vig por Flood y Alan Moulder, los Smashing consiguieron un sonido más vanguardista, comercial y experimental, muy cercano al que tenía U2 en esos años, sobre todo en el Achtung Baby (1991), disco en el que Flood había trabajado junto a Brian Eno y Daniel Lanois. Además Moulder y Flood venían de mezclar y producir el The Downward Spiral de Nine Inch Nails. El brillo que consiguieron en el sonido de las canciones es impresionante. Las más ruidosas como X.Y.U., Jellybelly, Fuck You (An Ode To No One), Where Boys Fear To Tread, Bodies y Tales Of A Scorched Earth son verdaderos golpes a tu cabeza, mientras que las baladas y canciones tranquilas como To Forgive, Cupid De Locke, Take Me Down, In The Arms Of Sleep, Stumbleine, Lily ( My One And Only) y Farewall And Goodnight son de una belleza indescriptible. Hasta cierto punto Mellon suena sobreproducido, al usar este término quiero decir que no hay nada espontáneo en el disco. Incluso los ruidos, tamborazos, feedbacks y gritos desafinados, están fríamente calculados, el bajo y la batería se escuchan soberbios en todo momento. Prueba de esto son la cantidad ridícula de tomas que tiene la mayoría de las canciones.
Los singles que acompañaron al disco, todos son memorables, y estarán presentes en nuestra cultura popular hasta el fin de los tiempos: Bullet With Butterfly Wings, 1979, Tonight, Tonight, Zero y Thirty-Three. Ésta última es de las canciones más hermosas que existen.
Mellon Collie es el White Album de mi generación, no sólo por la cantidad enorme de estilos que abarca, sino porque es un disco pretencioso que logra su cometido. Al igual que el White..., cierra con una balada preciosa que nos da las buenas noches, única en su clase, pues todos los miembros de la banda cantan un verso en ésta, jamás lo habían hecho, ni lo volverían a hacer. También nos marca el fin de una era. Es el último grabado por la alineación original. Después de este trabajo nada volvió a ser igual, ni para ellos, ni para nosotros.
Los videos en el orden en que salieron.
El video de Zero no está en YouTube y en las otras plataformas donde lo encontré se veía horrible, así que decidí no ponerlo.
Mellon Collie es el White Album de mi generación, no sólo por la cantidad enorme de estilos que abarca, sino porque es un disco pretencioso que logra su cometido. Al igual que el White..., cierra con una balada preciosa que nos da las buenas noches, única en su clase, pues todos los miembros de la banda cantan un verso en ésta, jamás lo habían hecho, ni lo volverían a hacer. También nos marca el fin de una era. Es el último grabado por la alineación original. Después de este trabajo nada volvió a ser igual, ni para ellos, ni para nosotros.
Los videos en el orden en que salieron.
El video de Zero no está en YouTube y en las otras plataformas donde lo encontré se veía horrible, así que decidí no ponerlo.