Por: TW, Jorge Thompson.
Desde que he comenzado con este ejercicio de analizar discos en su
plenitud, me he dado cuenta de dos factores importantes que debe tener el trabajo
artístico de un músico para que perdure en la historia como una gran
obra; el primero de ellos es el mensaje, lo que quieren decir; un disco no se
hace nada más por hacerlo, existe un proceso y un trabajo exhaustivo para
determinar que tipo de mensaje se le va a entregar al público; el segundo elemento que un gran disco debe tener es el primer track; es
necesario que el primer track marque una diferencia tanto histórica como
cultural, y citaré algunos ejemplos: el primer guitarrazo de Airbag del Ok
Computer de Radiohead, Taxman del Revolver de The Beatles o All the Way to Reno
del Reveal del Unplugged de REM, son temas que a pesar que no son tan
identificables, definen la esencia de un disco. Desde querer confesar algo hasta la crítica a la sociedad, el primer track es
indiscutiblemente el eje por el que giran los grandes trabajos discográficos.
En 1963, 50 años atrás un jovenzuelo que se escapó de su casa en repetidas ocasiones con el fin de conocer el mundo y aprender de la vida, grabó y lanzó su segundo disco. Un material que a pesar de que tiene medio siglo de antigüedad se mantiene tan vigente y agresivo como aquel Robert Allen Zimmerman escribió en sus viajes. Y es precisamente en este The Freewheelin' Bob Dylan en dónde mi teoría de que el primer track define la obra completa, ¿cómo no puede ser este un gran disco si la primera pista que se escucha es una de las canciones más importantes de la cultura pop, y del folk?
The Freewheelin'... se convirtió en uno de los discos ícono y más representativos de la cultura de protesta, convirtiendo de esa manera a Dylan en un justo vocero de una generación que merecía decir: “las cosas están mal”. En 2003, el álbum fue clasificado en el número 97 en la lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos por Rolling Stone. En 2002, fue una de las 50 grabaciones elegidas por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos que fueron añadidas en el Registro Nacional de Grabaciones.
En 1963, 50 años atrás un jovenzuelo que se escapó de su casa en repetidas ocasiones con el fin de conocer el mundo y aprender de la vida, grabó y lanzó su segundo disco. Un material que a pesar de que tiene medio siglo de antigüedad se mantiene tan vigente y agresivo como aquel Robert Allen Zimmerman escribió en sus viajes. Y es precisamente en este The Freewheelin' Bob Dylan en dónde mi teoría de que el primer track define la obra completa, ¿cómo no puede ser este un gran disco si la primera pista que se escucha es una de las canciones más importantes de la cultura pop, y del folk?
Blowin' In The Wind, tema que empieza cuestionando. No
pone en duda la credibilidad de la sociedad, de los políticos, de la cultura, o
de la misma historia; se dedica a preguntar cuestiones filosóficas tan
metafísicas como imposibles de responder, con una poesía y habilidad
sorprendentes para la época y para la edad de Bob Dylan (22 años en ese entonces)
'¿Cuántos caminos un hombre debe recorrer para que pueda ser llamado hombre?
¿Cuántas veces las balas de cañón deben volar antes de que sean por siempre
prohíbidas? ¿Cuántos años algunas personas pueden existir antes de que se les
permita ser libres? ¿Cuántas veces un hombre debe voltear su cabeza pretendiendo
que no ha visto nada? ¿Cuántos oídos un hombre debe tener antes de escuchar a
la gente llorar? ¿Cuántas muertes tendrán que pasar antes de que sepa que ha
muerto demasiada gente?' Preguntas que van a lo
metafísico, a la conducta, que critican el estilo de vida, el belísismo de las
naciones, la pobreza, la ineptitud, el corazón frío y los valores. Luego viene Girl from the North
Country, una hermosa y humilde canción de amor y redención, honrando a los
amores olvidados, Dylan dice en los primeros versos: “Si viajas a las tierras
del norte, dónde el viento sopla fuerte en la frontera, recuérdame a aquella
que vive allá, ya que ella fue mi amor” “Me pregunto si ella me recuerda,
muchas veces he rezado en la oscuridad de mi noche y en la luz de mis días”; a
pesar de que Girl from the North Country no es un tema tan conocido dentro de
la obra de Dylan es importante reconocer que ese tipo de canciones de amor tan
honesto rara vez le han salido con dicha honestidad, por lo general sus
canciones hablan de desamor y tristeza. The
Freewheelin'... es un disco provocador y contestatario como ninguna otra obra de
la época; Dylan estaba molesto, y escribía sobre las cosas que le enervaban y
le frustraban. Pronto comenzaría a escribir canciones sobre discriminación
sexual y racismo. El autor juega con el escucha, le
canta una canción provocadora y seguido de eso una para calmar sus emociones;
como una canción de amor, y después vuelve a golpear, esa es la dinámica de
este disco; así lo construyeron. Y, ¿cómo puede cantar algo que opaque a ese hermoso himno de amor que es Girl from the
North Country? Masters of War, Los amos de la
guerra; un tema que se volvió una declaración de principios, Bob, crítica al sistema político; si tomamos en cuenta que la
Guerra Fría y la crisis de los misiles en Cuba eran un tema y temor constante
entre la población norteamericana, era lógico que con el tiempo alguien se
levantase y criticara al sistema en pleno desafio: “Vengan amos de la guerra, ustedes que construyen las grandes armas, y los
aeroplanos de la muerte, que construyen las bombas, ustedes que se esconden tras
muros, quiero que sepan que puedo ver tras sus máscaras” Con esta declaración y
con este tema ataca a un sistema bélico, y no tiene ni temor ni recelo en
conservar la agresión de sus palabras, pero a pesar de que Dylan era en ese
entonces un joven de apenas 22 años, escribe lo que a mi parecer es uno de los
versos más importantes de su obra "¿Qué cuanto es lo que sé, para hablar sin
consentimiento? Podrán decir que soy inculto, podrán decir que soy joven, pero
hay algo que sé a pesar que soy más joven que ustedes y es que Jesús jamás
perdonaría lo que hacen". Ni Dios los salvaría. Después vienen: Down
the Highway y Bob Dylan’s Blues dos temás igual de importantes, el primero
habla de un Dylan introspectivo que, mientras camina solitario en una carretera
piensa y deambula para si mismo, mientras que la segunda es otra declaración de principios; lo que le acongoja, lo que le duele,
lo que le parte. Sigue A Hard Rains a-Gonna Fall; bajo el mismo caso que Masters of War y bajo el temor
constante de una guerra que termine en un cataclismo nuclear, Dylan escribe esta canción basándose en
el diálogo de un padre con sus hijos, mientras lo hace les pregunta qué es lo
que vieron, qué es lo que escucharon, y a quién conocieron; como si se tratase
de un padre benevolente que deja a sus hijos recorrer el mundo a sus anchas;
los hijos le responden con unas figuras poéticas impresionantes, y que cada vez que las escucho me estremezco, “Un payaso
llorando en un callejón” por ejemplo. En A hard Rains
a-Gonna Fall se ve agresivo pero
consensual, y trata de aligerar el trago
amargo de escuchar a unos niños diciendo que el mundo esta mal y que no existe
esperanza alguna, con Don’t Think Twice It's All Right;
otro tema de amor; basado en la ídea de que en ocasiones las
mejores decisiones las toma el instinto y no el raciocinio; durante la canción nos habla sobre una relación y comenta que jamás se debe cuestionar lo que se
hace o no, “No lo pienses dos veces, está bien”. Meses
antes de que este disco saliera a la venta (27 mayo, 1963), el 20
de septiembre de 1962, un estudiante afroamericano llamado James
Meredith se convirtió en el primer
estudiante, perteneciente a una minoría en matricularse en la Universidad de Mississippi. Su
inscripción, provocó disturbios en el campus de la universidad. Durante estos
actos de violencia, un sin número de estudiantes resultaron heridos y dos
fueron asesinados. Oxford Town tiene que ver con los acontecimientos
que tuvieron lugar en el campus y con la inscripción de James Meredith: “Él
fue al pueblo de Oxford, armas y garrotes lo siguieron, todo porque su cara era
café”, “Él llegó a la puerta, pero no pudo entrar, todo por el color de su
piel” “En el pueblo de Oxford todos cantan un tema de lamento, dos hombres
murieron bajo la luna de Mississippi”. Oxford Town; es un fiel reflejo de la sociedad en
la que Dylan vivía, una sociedad racista y temerosa, rencorosa e ignorante,
visceral y sobre todo de mentalidad vieja. Y
¿qué puede alegrar a las personas después de una canción que habla precisamente
de la pésima sociedad de la que son parte? La respuesta es sumamente
divertida, hablar de él mismo, sobre lo que en ese momento Zimmerman consideraba
una señal inequívoca de una Tercera Guerra Mundial, y lo cuenta de la mejor
manera que un trovador de su calibre puede hacerlo: “Hace mucho tiempo tuve un
sueño” Nos cuenta que soñó que, en efecto existió una Tercera Guerra Mundial, que todos murieron y que extrañamente él sobrevivió, lo que ve, lo que
siente, entremezclando ironía y terror, de eso trata Talkin' World War III Blues; Corrina,
Corrina y Honey, Just Allow Me One More Chance de nuevo son dos temas de
amor, dos canciones que hablan de la mujer. Finalmente I Shall Be Free, es otra declaración de principios, usando nombres
de personalidades e inteligentes juegos de palabras, establece en que momento él
se consideraría libre bajo distintos términos y conceptos. '¿Cuántos años algunas personas pueden
existir antes de que se les permita ser libres?' cantaba en el primer track, y de una manera sutil, te lo vuelve a repetir.
The Freewheelin'... se convirtió en uno de los discos ícono y más representativos de la cultura de protesta, convirtiendo de esa manera a Dylan en un justo vocero de una generación que merecía decir: “las cosas están mal”. En 2003, el álbum fue clasificado en el número 97 en la lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos por Rolling Stone. En 2002, fue una de las 50 grabaciones elegidas por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos que fueron añadidas en el Registro Nacional de Grabaciones.
'¿Cuántos años algunas personas
pueden existir antes de que se les permita ser libres?'
Una pregunta tan simple, una
declaración tan básica, ¿Cuándo un hombre es realmente libre? Con esa pregunta
Bob Dylan creó una canción importante en un disco icónico, en una época emblemática,
y aún no hay una respuesta clara; y sin embargo esa respuesta amigos míos, está
flotando en el aire.
Blowin' In The Wind...
A TW, Jorge Thompson lo encuentran por acá: This is not a modern rock song. Porque la música es poesía.