Esta banda legendaria, que tiene uno de los mejores nombres en la historia del rock, en la historia de la música pop, grabó su último álbum en 1997: Album of the Year. Y tuvieron que pasar 18 años para que apareciera ante nosotros Sol Invictus, de una y muchas formas, su continuación.
Desde su reencuentro en el 2009 habíamos esperado este momento. Sin duda alguna estamos frente a uno de los regresos más emocionantes, y tal vez frente al álbum más esperado del 2015, junto al de Blur, Deftones y Slayer. Sol Invictus fue grabado por la misma alineación que grabó Album of the Year, esa misma con la que vinieron por primera vez a México. Faith No More ha sufrido varios cambios de alineación en su larga historia, de hecho este disco marca la primera vez -desde 1992- que la misma alineación graba dos discos consecutivos. Dicha alineación es conformada por: Mike Patton (voz), Billy Gould (bajo), Mike Bordin (Tambores), Jon Hudson (guitarra), y Roddy Bottum (teclados).
Sol Invictus resulta un muy buen álbum desde donde se le quiera analizar, pero también resulta obvio que no es un regreso magistral, al menos no como lo esperaban varios fans (ni un solo riff de guitarra se iguala -mucho menos supera- al de Ashes to Ashes, por ejemplo). Sin embargo FNM siempre se ha caracterizado por ser una banda sumamente ecléctica, alejada de los convencionalismos y siempre abierta a la experimentación, y no sólo en cuestión de géneros, sino también de instrumentos y tecnologías, así que las malas criticas -que han sido muy pocas- los tienen sin cuidado.
La canción que da nombre al álbum es la encargada de abrirlo, y lo hace de una excelente manera, con su ritmo fino y elegante; Superhero es la que más suena al Faith No More clásico, con su especie de rap y el slappin' de bajo a todo lo que da; Separation Anxiety y Motherfucker son otro punto alto en el disco, canciones sencillas con una producción magistral (como en todo el álbum). Cone of Shame simple y sencillamente te hará volar los sesos, con sus guitarras, bajos, tambores y gritos.
La producción es de primer nivel, suena apabullante a todo momento, corrió a cargo de Gould. Las baterías, el bajo y la voz sobresalen y brillan en cada corte. Nos recuerdan mucho a los Deftones en ese sentido.
A pesar de que no contar con un riff del tamaño de Ashes to Ashes, o un posible single tan duro como Digging the Grave (Superhero es lo más cercano), Sol Invictus resulta un excelente regreso de una banda legendaria que extrañábamos mucho. Sin duda irá directo a las listas de lo mejor del año. Al menos en la nuestra ya se aseguró un lugar.
Sólo ha salido un single, y aún no tiene video oficial.
Dos en vivo.