22/5/12

Faust en México

Faust - Z'EV
Lunario del Auditorio Nacional, 14 de mayo 2012

El Festival Aural, cada vez nos sorprende más, cuando me llegó el cartel de este año y vi el nombre de Faust, no lo podía creer, de hecho no lo pude creer hasta que estuve ahí parado frente a ellos.

Z'EV (Stefan Joel Weisser) fue el encargado de abrir la noche, ya había escuchado hablar de él un par de veces, por parte de mis amigos nerds músicos,  cuenta su currículum que a finales de 1980 fue el encargado de abrirle por un tiempo, a esa monstruosidad que conocemos como Bauhaus.

La realidad es que me lleve una gran decepción, pues mis expectativas sobre este tipo eran demasiadas, nos recetó una hora de pura improvisación basada en percusiones y ruidos de metal, sus influencias y obsesiones eran muy obvias, no sólo por los instrumentos que empleó, sino hasta de que forma los tocó, y sin embargo esas improvisaciones eternas y aburridas no fueron lo peor, ¡no!, lo mas gacho y castrante, fue ese ambiente de solemnidad que se vivió por parte del público, como si estuvieramos viendo a un pinche genio o algo así, aplaudías o gritabas y la gente de las primeras filas e incluso los guardias imbéciles del lugar, te pedían guardar silencio, con el ya clásico "shhhhhh", como si el ruido del público fuera a desconcentrar al genio que estaba tocando, ¿así o más pinche snob el lugar? se que la culpa no es del artista, pues al términar su acto, se volteó hacia al público - todo el concierto nos dio la espalda - y nos agradeció de sobremanera, tengo entendido que es un tío muy espiritual, judío de nacimiento, obsesionado con la Cábala y los ritmos afrocaribeños.

Para cuando termino su show, el lugar seguía cuasi vacio, por lo que me pude apirañar un lugar justo enfrente del escenario, antes de que salieran mis héroes de infancia, al principio sentí un poco de miedo, de pensar que nos fueran a pedir la misma solemnidad que nos pidieron (exigieron) con el telonero, la edad no es un pretexto para justificar el aburrido show de Z'EV, pues justamente después de él, subieron al escenario unos contemporáneos suyos, y, literalmente, nos rompieron la madre, desde antes de empezar a tocar, salieron los tres integrantes - actuales - de esta maquinaria pionera del Krautrock; Werner “Zappi” Diermaier (baterista), Jean-Hervé Péron (bajo, pandero, metales y guitarra), y Amaury Cambuzat (sintetizador y guitarra), a probar sus instrumentos, ¿hay algo más do it yourself que eso?, a la par de que Péron probaba y afinaba su bajo, Zappi saludaba al público e incluso les firmaba cosas - a uno de mis amigos le firmó su boleto - era impresionante, estabamos frente a una de las bandas más cabronas y originales de la historia y parecía que ellos eran los únicos que no se daban cuenta, la humildad que emanaban era real y palpable.

En el escenario se encontaraban: un sintetizador, guitarras eléctricas, un bajo, una guitarra acústica, una batería, unas láminas de metal, un par de rotomartillos, un bajo, una laptop, una caladora, un tambo de metal, una carretilla, un esmeril y... una mezcladora de concreto. Pocas veces el humor, el ingenio y  la destreza se conjugan de manera tan perfecta.

Encendieron la mezcladora, tiraron un par de kilos de grava roja, sacaron unas palas y empezaron a vaciar la grava dentro de la mezcladora y a una carretilla, al mismo tiempo, un empleado de limpieza subió al escenario a barrer y trapear el polvo para evitar que el lugar se convirtiera en una auténtica tormenta de tierra, Péron, con ese sentido del humor que lo caracteriza, nos presento al susodicho: "¡¡Este es José Luis, el hombre de la escoba... y el trapeador!!", no podías dejar de  reir con las mamadas que decía y hacía Jean-Hervé, nos soltaron grandes clásicos como The Sad Skinhead, Läuft... Heist das Es Läuft Oder Es Kommt Bald... Läuft, Mamie Is Blue, invitaron al saxofonista de Los Dorados para un par de rolas, nos contaron la historia de la banda, con el sonido de unos "german birds" - de fondo - como bien nos dijo el Jean-Hervé, nos "aventó" un par de panderos para que interactuaramos con ellos, el Zappi nos regalo discos, tocaron la infaltable; Krautrock e It's a Rainy Day, Sunshine Girl, y en esta última - que fue su primer y único encore - se armó un pequeño slam, pues la gente estaba demasiado extasiada con la banda, volvió a subir el tío de Los Dorados, pero entre que su micrófono no funcionaba y que tenía algún efecto raro, no se escuchó nada; Péron, que sin duda se llevó la noche, al terminar la canción, se vació su botella de agua en señal de euforia, nos agradeció, prometió volver y después de concluido el show, los tres bajaron a firmar autógrafos.

Así empezo todo...